-Medio desorientado y disgustado por la situación, fui a donde Richard a ver que se hacía. Por casualidad, ahí estaba Jammin, un isleño que toca música propia de la isla. Le conté lo que estaba haciendo y no se interesó mucho. Comenzó a hablar de lo que necesitaban los músicos de Providencia.
Habló de estudios de grabación, de equipos, dijo que los profesores necesitaban una mayor y mejor capacitación, que él hacía todo con las uñas, y me llevó a donde tiene sus equipos, y me percaté de que lo que decía era cierto. Su equipo es bastante humilde para las cosas que graba. Con mucha dificultad él mismo, convoca cantantes de la isla todos los años a un festival de cantautores que organiza él mismo, graba sus canciones y luego compone según la voz para tocarla y grabarla en vivo con 2 o 3 personas más que lo acompañan en el grupo. No hay batería disponible, así que la base la compone en Fruttyloops. Después mezcla y finalmente hace un master para hacer su disco. Me dice que aproximadamente cuesta 12 millones hacer el disco ahí, pero que sería más caro llevar a grabar la gente a otro lado donde son más económicos los costos de producción.
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